jueves, 2 de enero de 2014

LAlight



Una vez leí en el libro de Lynch que hablaba de los primeros dueños de estudios que habían decidido instalarse en Los Angeles porque les encantó la luz.  Y estando allí descubro que es así, la luz que tiene Los Angeles me cuesta encontrarla en otros lados, es casi blanca, un poquito amarillenta pero un poquito nada más. Nuestra luz otoñal amarillenta nada tiene que ver con la luz otoñal aquí. 

Es (y ahora siento que puedo usar esta palabra) prístina. Ilumina aun en los recovecos, se mete por las ventanas y sigue regalando ese casi blanco perfecto. Dura casi todo el día, aunque ahora atardece a las 17hs pero me sigue impactando. Los reflejos que da, el atardecer  apenas es naranja es lo que más me fascina y lo que mas voy a extrañar de la ciudad.




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